sábado, 13 de junio de 2009

LUZ NOCTURNA

Función: Luz Nocturna.
Escena: Como ladrón en la noche.
Autor: Aniluc Franco.

La lengua ha pasado solo por los lugares trasversales, he innaturales. Como quien dice la noche, el frio suelo, mi almohada, los escondrijos bermejos. Techos y paredes.

Una combinación perfecta de insomnios referidos, las noches en vela sobre texturas lánguidas de mis propias incongruencias. Y esto, que soy yo misma.

Un ejercito de dudas agolpadas en el pensamiento, y luego la monstruosa condición inherente, bosquejosa. Ese hablar pastoso a las tres de la madrugada.

Mientras golpeando la cabeza contra la pared reaccionas en un hilo del asombro, retorciéndote del cansancio de las horas flageladas,

Los colores salpican del espacio, y me separo de mi misma, porque en el fondo y ya no quiero vivir mas en este cuerpo que ya no soporta mi espíritu.

Comienzo a formarme entre semicírculos y así mismo a deformarme en lo cíclico de ellos.

Comienzo a perder yo también mi voz. Mientras la lengua se sigue apaciguando y mis sentidos se duermen mientras yo permanezco despierta y límbica tras de que mis pensamientos se derraman y mis deseos linfáticos se brotan.

La tierra me ha desfalcado, me ha robado el placar de las sombras, y el tintineo de lo nauseabundo, quizás el frio divagar, el recuerdo tibio de la luz nocturna en la ciudad.

Me siento ausentada de mi escondite fugas, pero al mismo tiempo armonizada con las luces agitadas del teatro y toda la gente que corre para ver al interprete recitar majadas.

Mientras tanto que yo, le observo y me refiero a el, como a mi misma en los días de agolpamientos abismales, de mortandad, donde la única herida era yo misma, y ya he menguado.

Y la muerte de uno es el comienzo del otro, se ha apagado poco a poco la abrupta sensación tenebrosa que arropaba mi alma, ahora a pesar de que mi entendimiento se consterna ante la paz, siento respetuosamente el guion de los aguijones. Y la carne para nada me sustenta.

Soy tan real en el fondo, que ni yo misma a veces me lo creo, pero es algo que disfruto cuando voy caminando por la calle; y el púbico silencio del publico me enardece entre tanto auge de mi linar.

Sus últimos murmullos apuñalan las ideas de mi pensamiento, para confrontar los vestigios que han quedado de mi misma después del cambio cuántico.
Así que, sus palabras terminan ahogadas dentro de mi conciencia, formando cortos y circuitos.

No podría decir que es de otra forma, pues ellos están expirando y yo apenas estoy comenzado a existir.

El cambio cuántico, fue pasar de muerte a vida, y fui entrando desapercibida entre los ruidos del calvario de hace mas de dos mil años. Y me hice parte de ellos. Tanto del sufrimiento, como del sacrificio.

La presencia orquestal de la divinidad se ha hecho presente, y yo, yo no puedo más que ser agradecida.

Si no puedo pagar, entregaré lo único que tengo; mi vida.

Soy miembro del ministerio de lo invisible, y los acordes de mi vida, no son los de este mundo.

Aunque suene discordante la música, el pentagrama esta en desacuerdo con las notas de este espacio desangrado por las facilidades del hombre fuerte.

Y mis principios morales me prohíben ese ritmo inadecuado, ya esta a punto de cerrarse el telón, y los santos a punto está de despertar, ya comienza la función.

Luz nocturna.

EL MINISTERIO DE LO REAL

En mis ojos abiertos, la pupila se expande y arde el aire, mientras cuento los segundos y me veo aquí; otravés.
Tan extraña y extrañando, sobre el suelo todas las veces; siempre tan extraña y extrañándote, mirando el cielo hasta tu gran aparición.
Esperando a que llegue el momento en que te levantes de sobre tus rodillas, y vengas a robarme, como ladrón alguna noche.
Comienzo a pensar que hoy todos los caminos me muerden, pero si en realidad no son muchos, no lo son; solo es uno, que es esto. Es la realidad hecha carne.
El ministerio de lo real constituido, una realidad que me carcome mientras te escucho metida entre las gentes y mil corrientes que se van, como se van las nubes al pasar los trenes de las adversidades.
Para ignorar mí conciencia, tome el pasaporte y me senté a esperar, y saque el porcentaje del dolor sumado a las soluciones insolubles, para ignorar también a mi corazón.
En el ministerio de la realidad, donde sueño, con tus manos, tocándome. Y nunca más dejándome ir, donde las noches parecen no pasar, como ahora que te pienso y tú me susurras suavemente un viento de palabras esdrújulas.
Se que me he vuelto loca, pero te amo. No puedo evitarlo. También se, que estoy acostumbrada a enloquecer y que sabes todo de mi, pero mi amor por ti se parece… a tu rostro cuando moja la lluvia. Se parece, a tu sacrificio, y a tu voluntad. Por mi hoy.
Yo solo estoy buscándote, y soy esta mujer con ganas de descubrir y descubrirte más; tú sabes, porque fui más sorda que la esposa de Lot, más baja que la samaritana y semejante a Saulo de Tarso, pero te amo, no puedo negarlo, si, te amo Dios, y no puedo ocultarlo.
Y es este mi ministerio de las horas inalcanzables, donde exploro mis realidades, y donde todo lo que escribo es para ti. El ministerio de la realidad, donde sueño con brillar para ti; donde quizás la realidad fluctuara, pero mi amor por ti, siempre permanecerá.

viernes, 12 de junio de 2009

LOS ATRIBUTOS DE DIOS

Los Atributos de Dios - A W Pink.
Los Atributos de Dios - A W Pink Pr. Luis Melendez Excelente manual de uno de los hombres de Dios de la historia de la iglesia

miércoles, 10 de junio de 2009

FORNICACIONES

¿Por qué todos los días es el mismo atardecer?
¿Por qué todas las noches, las mismas estrellas?
Y… ¿Hasta cuando el mismo mundo muladar?
Mis últimas palabras,
Las últimas notas pálidas de mi voz cerrada,
El último suspiro
Fue ayer a las tres de la madrugada,
Y al mediodía ya había sido comprendido,
Ya no tengo más que decir
Se ha cerrado la puerta y yo juntamente con ella,
Fornicación es,
Si te adoro demasiado
Si acaso me enamoro de mi misma,
Fornicación es,
Si te amará más que a Dios
Fornicación entre tu piel y la mía
Si acaso me entregase a tus deseos,
Fornicación si rindo culto a tu presencia,
O hago rito a la hermosura de tu cuerpo.
Un muñeco de yeso,
Una virgencita detrás de la puerta,
Dos velones
Amar demasiado a una mujer,
Es idolatría,
Rendirle culto, pleitesía;
Tener un poco de lascivia,
Pactos humanos de sangre,
Akatharsía,
De rodillas frente al cura,
Los católicos y su gran ramera;
Brujería,
Esa gente vestida de blanco que adora al diablo,
Los santeros,
Sociedad permisiva,
Sus bocas llenas de inmundicias
Llenas de blasfemias,
Mentiras, engaños, adulterio;
Rendir falso culto
A imágenes,
Esa visión de lo imperfecto,
Hacer la voluntad del diablo,
O la tuya propia quizás,
Una sombra perfecta
Temor con amor, o amor en temor,
Anton LaVey;
Los sodomitas,
La mujer de aquel con tu marido en casa.

CADA PALABRA

Cada palabra ausente, es un te quiero
cada palabra emergente, un te amo,
Cada palabra dicha, una mentira...
Silencios que van y vienen sin hallar descanso,
Vagabunda de ideas, y de pensamientos...
Son de aire, son de aire esas voces,
Pero hay están,
En su existencia paradójica,
Y nostálgica...
Aquella voz ciega y desnuda
Ante ti,
Hace muecas sin ser vista, sin ser tocada,
O percibida,
Una boca muerta impactada de sombras,
Un retrato cursivo sin interprete,
Pero aire al fin,
Aire mudo y constante
Aire que brota del mismo aire...
Aire que me lleva,
Entre cada palabra muerta que no te digo.

Y PENSAR

Y pensar que
No había nada antes de llegar hasta aquí,
Que la vida era una muerte lenta,
Alguna vez, antes de morir
Espero poder recitártelo a voces
En alguno de esos paisajes que me llevo hasta ti,
Pensar que la madrugada aquella
Nunca fue así,
Un reto para quien no tiene ideas,
Una noche para quien no tiene luchas,
Si acaso no vuelves a tocar nunca más
El mismo vivir,
Pero fuera sido peor no haberlo vivido todo tan irreal,
Aun en la música de mis manos
Me quedo entre las uñas
La carne y la sangre,
Un más allá donde estoy,
Y el mundo que percibo
Tú no lo ves
Pero es de oro y plata su nombre,
Y pensar,
Que después de esa separación
Yo iba a cambiar,
Que una mentira me hacia caminar;
La misma verdad de la almohada sin mí,
Y tú,
Tú siempre tan insospechado he incierto,
Y después de aquella sórdida vez
La ciudad se esconde hasta de mí,
Sé que perdí el rumbo de tus ojos,
Y cuando dije que nunca me importo
Te juro que mentí,
Recuerdos de Abril y Marzo me quedan,
De la navidad pasada,
La autopsia nocturna como de costumbre,
Aquellas palabras evocadas de formas y un bisturí,
Ahora esas campanas se llevan algo de mí,
Y pensar,
Que hoy el sol resulta extraño,
Que e cielo se ha compactado
Que el cielo de mi exilio me recuerda tu amar,
Que el ciclo de mis pasos me recuerda todo andar,
Y es que, cuando la vida gira rota
En algún momento deja de rodar;
Y pensar,
Que en mi verdad ya nada resulta casualidad,
Mejor no ser de aquí, ni ser de allá,
Ni de ninguna parte,
Más que de mi soledad,
Pues mejor sola, que una falsa realidad.

PRONTO

Pinceladas de un Dios maravilloso.
Que desde lo alto llama,
Con su benevolencia, ese amor inexplicable
Esas formas tan perfectas, de tocar el alma.
Entre esas pinceladas,
Que no todo ser humano interpreta
Pero que es todo un romance personal,
Conocerlo es ser adicta a su presencia,
Este Dios que venció la muerte,
Por amor a su creación desnuda y oscilante,
Sí,
Ese es Jesucristo.
Ignorado por algunos, y amado por muchos.
Quien en una Cruz murió azotado
Para salvarnos a nosotros
Que no lo merecíamos;
Una humanidad perversa.
Regalándonos
Este tiempo maravilloso de su Gracia.
Sí Él murió por mí,
¿Como no voy a vivir por Él?
Gracias te doy Bendito Dios,
Por poner en mí
Una nueva pincelada de tus manos.
Pronto,
Se que te veré.

YO QUISIERA DETENER

Quisiera detener,
Detener este silencio talvéz
Este infierno quizás
Este olvido mañana.
Quisiera detener
Las palabras que se van sin ser escuchadas
El aire que me toca y luego se escapa,
Los ojos ruines,
La voz que me destapa,
Yo quisiera detener
El pedazo de la vida que se me fue,
Y toda la muerte que se me viene
A mis ojos sin fin reflejando dolor,
Sobre rabia tendida.
A mi misma
Yo quisiera detener.
El sentido que agoniza entre mis pieles
La estación del tren donde esperaba
Tanta soledad de arena
Tanto delirio,
Tanta confusión herida,
Todas esas mañanas de ebriedad y locura,
Esa invariable sopa de letras
Sobre tu sexo,
Y hasta lo inagotable,
Yo
Quisiera detener.

YO CREO

Yo creo que no hay mentira
Que cada Quien se engaña a si mismo,
Yo creo que la esperanza no es de este mundo
Y que lo contrario a la esperanza
Seria aferrarse más a este mismo mundo,
Yo creo
Que no existe silencio que Dios no rompa,
Ni corazón que Dios no conozca,
Y aunque ya nadie es honesto
La raza humana si tiene esperanza
Y esa esperanza
Se llama Jesucristo.
El camino, la verdad y la vida
El dará a cada quién
El pago según sus obras,
Yo creo
Que aunque existe la verdad
La gente vive en sus propias inmundicias
Con una venda en los ojos,
Y en la podredumbre del medio
Que los hace moverse como animales
Que quieren pensar y devorarse unos a otros
Pero ¿Cómo pensar? Sin ser felices.
Y ¿Para que un estado salvaje?
Donde la inmundicia reina sin que podamos vivir mejor;
¿Que fuera acaso de estos cuerpos sin su halito de aliento?
Sin el soplo de la vida emanado por Dios;
La humanidad a sí misma se hizo perversa,
Con sus deseos dignos de baal,
Creen no tener esperanza
Que no hay oportunidad
Que no hay un lugar mejor
Pero si lo hay
Y si existe la verdad,
Más locura es para los que se pierden
La palabra de la Cruz.

EN ESOS RATOS

A ratos,
Cuando te ausentas,
Escribo unas palabras
De distancia,
Remembranza de recuerdos,
Por soledad de no sentir tú presencia.
A ratos,
Algún gesto siempre llega,
Cuando escribo,
La razón y mi voz son ciegas
Razón y voz de mil silencios
En los que tu voz me llega.
Cuanto más, no podrían
Callar mis manos
Que no saben de tu aire,
Pero sienten de tu ser,
Tú infinita presencia;
Si pudieran elegir, ese tacto elegiría
De tu luz y amor constante,
De tu calidez, de tu aire,
Y así te extraño, en esos ratos
De elocuencia…
De giros y voces sin coherencia,
Cuando escribo no es bastante
Porque nunca es suficiente para mí tenerte
Recibirte en mi morada,
Darte gloria, y alabarte,
De desenvolver el arte que me diste
En estas pálidas hojas
En estas páginas dobladas,
De plasmar mí huida y mí regreso,
De mi poca impaciencia
De mi misma. De ti ahora;
De esta prosa, donde solo tu eres mi inspiración,
Desde el comienzo, y de un final,
Y en esos ratos
Sobre cada papel, tú me trastocas
Y resplandezco, en un Réquiem,
Por quien me toca;
Tú, Dios. Solo tú.

DIOS ERRANTE Y VIVO

Dios ya ha vencido, turbando el firmamento destruyo los abismos y derroco las mentiras del profano enemigo, devolviendo al alma toda ciencia y todo arte.

Padre, Rey de la Gloria, preñaste el alma que hoy escupió las pasiones del crimen, ocasionando así, las implosión contrista entre mis carne y mis huesos. Eres tú el poeta que con voz de trueno retumbo en mi alma la alegría virgen del consuelo. Oh! Elohim tus maravillas sobrenaturales echan fuera a la quimera, y desvanecen las pretensiones del alarde de este mundo muladar, y me has vestido con tu poder, porque criatura tuya soy, hija Santa de tu promesa nacida de nuevo, y límpida en mi materia, porque hiciste de mi este linar.

Luche contra tormentas y tempestades, que no eran más que la muerte impuesta por huestes y potestades de las tinieblas y mi humanidad, queriendo ser también inhumana me convertí en el vestigio de mis propias elocuencias balbuceadas, y ante todas ellas yací inquieta, dispersa, también perversa he imprevista, y ahora soy esta mujer renovada y perpetúa. Luche también contra mi mis propias ideas y caprichos, en la locura de mi intelectualidad fervorosa que quería ser escuchada, agitada y hasta rociada como polvo cósmico sobre la gente insensible y he inmutable. Enfrento así mismo lo desconocido, siendo micrométrica he infinitamente pequeña, peleando en sí contra mi misma, encuentro que yo misma soy mi mayor contrincante. Lejana y persuadida del hombre en mi ser político.

Quede entre dedos del azar, y la fatalidad se hecho a posar sobre mis hombros. Más tú, a tu tiempo perfecto, desataste en huracanes la victoria, lo que cambio mis estados encontrados, de una muerte merecida al regalo de la vida. Vida de esperanza desbordada. Dando muerte a mi humanidad inherente.

Verbo inmolado hecho carne, desgarraste mi alma y mis entrañas, las sombras que me llenaban han vacilado, pereciendo sin remedio ante tus fuerzas en el arácnido aire. Ninguna doctrina extraña había llenado acaso mi vida, sino que tú mismo llegaste a sanar mis heridas, y en nuestro encuentro tu persona ha reclamado mi alma quebrantada, porque te es lícito hacer lo que quieras con lo tuyo. Y yo te pertenezco. Pues inscrito esta mi nombre en el Libro de la vida.

Tú divinidad ha encantado mi alma, lejos de ser lo que fui, he llegado a ser lo que tu has querido que fuese, lo que tu has deseado, desde donde te encuentras, en mi debilidad perfeccionándote. En lo cual Señor, me has hecho consiente en mi vivir, dando muerte a mi misma para servirte a ti.

Dejando atrás toda decadencia, que alguna vez se enseñoreo de mí mano, sigo adelante, a tu supremo llamamiento, mi espíritu despedido de razones no se expedía en fantasías, la vasta historia marchita en la existencia nunca más volverá a ser aflicción de la mujer, ni de la niña, ni de la Santa.

Y yo, Poeta del Reino, me declaro loca, y enamorada de Jesucristo. Ante los espectros que quieran ir en contra de esta cimiente y verdad verdadera les declaro ruinas, por sus deplorables almas que se arrastran cada vez más hacia el calabozo, donde el cepo del augurio les espera, en el lloro y el crujir de dientes por la eternidad.
Vagan entonces los espíritus inmundos por las catedrales, atormentados y sin reposo buscando a los incautos, que no han recibido la santificación de Jesucristo. Y Aún hasta a los que si le han recibido pretenderán engañar. Pero Dios espera el tiempo de la cosecha madura, para su llegada.
¿Y quien soportara el tiempo de su venida? ¿O quien podrá estar de pie cuando ÉL se manifestaré? Porque el es como fuego purificador, y como jabón de lavadores. Malaquías 3:2.
Será día de funerales, de desesperación, de odio, ira y ceniza, donde las manos temblorosas de los impíos se inflamaran, y la justicia de los humildes rebosada proclamará la Gloria del Gran Dios eterno. Y su cordero inmolado.
La creación a una gime en sus dolores de parto. Los hombres han perdido la fe, renunciando al cielo por resignación del infierno, han extraviado su camino del ojo que nunca duerme, dispersando su destino, en la Eufemia desvergonzada, transgrediendo sin pudor ante el rostro de Jehová.

Veo a Dios vestido de su pasión en la lejanía más cercana del aire que nos separa, lo veo en su mirada, deslumbrado mirándome, mirando mi ser, en el silencio de mis soledades más humanas.
Veo al gran Dios vivo tocarme cuando escribo apartada de los ruidos de las ciudades, lo siento es su expresión más grande y poderosa, en cada gesto y movimiento de lo que me rodea, lo veo. Se que el esta detrás de todos los sucesos de este mundo; de gentiles y redimidos.
Lo vi aún en el camino más oscuro, cuando era la protagonista de mi propia muerte, y yo misma era la que ataba la soga a mi cuello, y por sobre mis manos las manos del diablo, sin el mas mínimo aliento de esperanza, donde caía y caía y callaba detrás de mi boca todos los silencios agrupados hasta volverme así una mujer herida y subyugada.

Fui cambiando de pieles, y le entregue a Dios las riendas de mi vida. Me convertí a su nombre y a hacer su voluntad, desconocí quien era yo, y olvide mis sueños para seguir los suyos. Me forme en la raíz, para vivir en su obediencia.
También deje mi voz, para no ser imprudente en momentos donde callar es lo más importante. Porque esperar en Dios, significa sabiduría del espíritu y no de la carne. Engañoso es el corazón más que todas las cosas, entendí eso, y entendí que despojarme de mi, era lo mas propicio.
Yo vi a Dios, detrás de las formas formando mi rostro, lo vi la mañana breve en que retomaba el principio de su norte y dejaba atrás el horizonte de los finales colgados de mis viejas pieles.
Me convertí lentamente en conocida, después de ser una extranjera, aunque; no sé si ciertamente alguna vez eso fui o si estaba predestinada a formar parte de una grandeza tan grande, y tome también esa forma camaleónica, cuando lo toqué a él, o ha decir verdad fue cuando el me toco a mí.
Esto no es una ilusión, es el poder con mas evidencia que jamás allá visto, donde las mentiras de un mundo auto programado por los designios de sátanas en ese momento se vertieron en tierra. Y comenzaron a correr dentro de mí esos ríos cristalinos de agua viva. Lo que ha sido, la experiencia mas grande.
¿Por cuánto tiempo puede llegar a fingir un ser humano lo que no es? Sea por engaño o por no serlo. ¿Cuanto más? ¿Cuánto más tiene que padecer un alma para darse cuenta de los engaños del diablo? Yo diría que lo suficiente, como para desear el destierro. Esa grandeza próxima que los humanos no entienden hasta que Dios los toca. Entender que Dios lo puede todo, no es para todos.

Aniluc Franco.

NACÍ AYER

Nací ayer, para volver hoy a ser yo
Como aquella vieja sensación
Del ya no ser
En quien ya era,
Y desperté soñando sola
Amargas pesadillas amarillas,
Tocando así al fin el fondo de toda mi humanidad
Coleccionando direcciones
Y desapercibida
Desapareciendo entre cambios,
Los demonios a la sombra se marchitan,
Los demonios retroceden
A la sombra del omnipotente.

Nací ayer para volver a reencontrarme
Para volver a ser quien soy cuando me alejo,
Ayer fui sombra, Ya hoy soy una mujer
Llena de luz he inquietudes
Simplemente hecha de nuevo,
Por el ser, o el querer ser
Siempre mujer... Mujer del papel,
Que recita y escribe los versos
Evocados de mi padre celestial,

Ayer fui sombra, ya hoy mujer
Cuando decidí ser
Mucho más que fuerte
En esta demencia loca de ser contraria
A la corriente,

Ayer nací de nuevo,
Ya hoy estoy creciendo;
Dando frutos
Y mi espíritu se ensancha;
Y soy otra
Si,
Soy otra
Soy otra que ama, soy otra que adora
Y alaba al Señor;
Porque
Naci ayer
Para ser otra
En Cristo Jesús.

lunes, 8 de junio de 2009

SENTIDOS

Con el tacto siento lo dulce y siento lo agrio,
Con mis ojos puedo escuchar un grito en tu alma
Y el silencio voraz también,
Con mi boca entiendo lo didáctico
Y también lo profundo,
Mis oídos presienten el temblor
Mucho antes que el pecho del airado;
Y cada textura disipada en el aire
Mi olfato la percibe y reconozco
El perfil de tus marcas.